“Si no están convencidos de lo que hacen y no lo están disfrutando, no vale la pena.”
Hoy tenemos el gusto de conocer un poco más sobre un personaje que definitivamente ha marcado la historia de la comunidad latinoamericana. En esta edición de Círculo de Historias entrevistamos a un juez con muchísimas historias en su bitácora, un gran coleccionista, padre de familia y excelente amigo. Si alguna vez tuviste curiosidad por saber un poco más de este extraño de pelo largo brillando en el escenario, no te pierdas esta entrevista con Juan Antonio Del Compare, juez desde septiembre de 1998.
¿Cuál es tu ocupación cuando no vistes la camisa negra?
Trabajo en la distribuidora de juegos de Argentina, Domo Sur.
¿Cómo te convertiste en Juez?
Comencé organizando torneos de Magic allá por 1995, y pedimos la oficialización a Wizards. Como no había distribuidor local, primero hubo que resolver eso. Luego comencé a trabajar con la distribuidora (en ese momento Ediciones de Mente) como asesor y organizador de torneos. De mi grupo de juego, era el que más me preocupaba por conocer las reglas en detalle (¡estamos hablando de 4ta edición!), así que me encargué de juecear en los torneos oficiales desde que comenzaron.
¿Qué crees que marcó tu formación de juez en los primeros días?
Cuando comencé a vestir la cebra, no había comunidad de jueces. Probablemente lo más importante haya sido justamente construir esa comunidad, primero en Argentina y luego en Latinoamérica.
¿Qué cambiarías dentro de la comunidad de jueces?
Creo que todavía nos falta camino a recorrer para acercarnos a la “meritocracia” a la que aspiramos. Somos una comunidad de voluntarios y todavía el esfuerzo de muchos pasa desapercibido.
Cuéntanos tu historia favorita de jueces.
La cena de jueces después del PT Kuala Lumpur. Había toda clase de cosas muy raras para comer, y no me atreví a probar muchas. Estaba con Jorge Peñailillo, a quien he visto comerse jalapeños como si fueran caramelos. Llegó un plato que habían avisado era “picante”… para los estándares malayos. Jorge se animó a probarlo y dijo “no es para tanto”. Al rato estaba sentado en un rincón, todo colorado y sudando, con los ojos desorbitados.
También, tras el PT Honolulu, decido que no puedo irme de Hawaii sin meterme al mar. Gustavo Montangie, L3 entonces, decide acompañarme. No había llevado nada previsto, así que me compré unas antiparras y vamos para la playa. Mientras yo me daba una zambullida rápida para tildar en la lista “me metí al mar en Hawaii”, Montan me esperaba en la orilla, tratando de encontrar un milímetro de sombra, fumando, con anteojos negros y borceguíes. Salí poco después, me sequé y nos fuimos a alcanzar el avión de vuelta.
Otra historia muy divertida fue luego del GP Montreal o Toronto. Salíamos de cenar (serían cerca de las 10-11 PM) y veo una comiquería abierta. Era como una casa, con una escalera que subía medio piso. Entramos y, mientras algunos revisaban carpetas de cartas, yo revisaba los comics… ¡y encontré un número que me faltaba y estaba buscando hacía rato! Definitivamente un encuentro fortuito. Seguro tengo muchos más, el Alzheimer los hace pasar a mejor vida (¡a los recuerdos!).
Desde tu perspectiva, ¿qué consejo le darías a los otros jueces?
Que disfruten lo que hacen en el programa. Desde juecear un torneo hasta hacer una review. Si no están convencidos de lo que hacen y no lo están disfrutando, no vale la pena.
Cuéntanos un poco acerca de tu comunidad local.
La “centralización” de Buenos Aires no tuvo excepción en la comunidad de jueces. Al tener mayores torneos competitivos los jueces van ganando más experiencia y eso les sirve para proyectarse más dentro del programa de jueces. Hoy por hoy, de los 11 L3+ de la región, 6 viven en Buenos Aires o alrededores y el 7mo “cruzando el charco”, en Montevideo. Encontrar candidatos y fomentarlos en lugares del interior de Argentina lleva más trabajo del que debería, pero va en paralelo al fomento del juego y las comunidades de jugadores en otras ciudades.
¿Qué evento de Magic te ha marcado particularmente?
El PT Atlanta 2005. Hasta entonces no había ido a muchos eventos profesionales, y allí es donde comencé un camino para “salir de Latinoamérica”. Ya hacía tiempo que trabajaba en proyectos internacionales de traducción, pero no trataba con muchos jueces fuera de eso.
Fuera de magic: ¿Cómo es un día habitual en tu vida?
Me levanto temprano, llevo a los chicos al colegio, voy a la oficina y trabajo. Vuelvo a casa a cenar con la familia. Rinse and repeat. Las variaciones incluyen una vez a la semana jugar al fútbol, otro día juntarme con amigos a viciar con Dominion o algún otro tablero o llevar a mis hijos a algún torneo de Pokémon.
Si pudieras destacar algún juez de tu comunidad, ¿quién sería y por qué?
Andrés Moro. Hace muchos años que Andrés es juez y, a pesar de “mostrar” durante años una actitud de “ok, estoy en el torneo pero en realidad me molesta trabajar”, pasó a mostrar que en realidad le gusta hacerlo (¡y por eso lo hace!) y a pesar de los años que hace que está en el programa puede liderar un equipo en un GP y al día siguiente estar en una tienda local que lo necesita para un FNM de 8 personas. Su disposición y capacidad son realmente admirables.
¿Cuál ha sido tu momento Magic del cual estés más orgulloso en tu carrera como juez?
Seguramente cuando me pidieron que fuera el juez principal de alguno de los GP que arbitré. Varios de los emails con reconocimientos y votos para el Hall of Fame también me enorgullecen mucho, más considerando de quién vienen (Andy Heckt,Riccardo Tessitori, Scott Marshall entre otros).
¡Muchas gracias, Juan, por compartir este tiempo con nosotros!