Aprovechando el mes sobre “Equipos” en el blog, me invitaron a escribir algo al respecto. Los que me conocen un poco, sabrán que intento divagar un poco en el medio de mis presentaciones y hacer algunas analogías extrañas para explicar algunas cosas. Hoy, no será la excepción. Preparen sus servilletas y sírvanse algo para tomar, porque hoy vamos a estar comiendo mucha pizza. ¿Acaso hay alguien a quien no le guste la pizza? Bueno…
Los torneos son como pizzas¹
Hay pizzas de todo tipo: con carnes o verduras, con gluten o sin gluten, algunas ampliamente aceptadas por la sociedad y otras más cuestionadas (ananá…). Aparecen nuevas posibilidades y desafíos al paladar y de a poco nos vamos acostumbrando a que ahora se come pizza de brócoli y pollo y a nadie le parece raro. Y otros viejos clásicos van cayendo en el olvido pues ya no se ajustan al mundo que vivimos.
¡También hay muchas formas de dividirlas! Algunas son individuales y uno las come enteras. Por su pequeño tamaño suelen servirse en platos individuales donde uno debe hacerse cargo de todo. Ya cuando el tamaño aumenta debemos indefectiblemente seccionarla. Comerla sin cortarla previamente sería realmente extraño, incómodo y un caos. No saber quién come dónde, cuándo, qué parte es de quien y todos metiendo mano al mismo tiempo donde mejor le parece: ¡sería un descontrol gastronómico!
Es por ello que desde tiempos inmemorables hemos aprendido que lo mejor es cortarla en lo que llamamos “porciones”. Los clásicos círculos concéntricos nos permiten cortarla en los famosisimos triángulos que casi todos acostumbramos a usar. Además de ser fácil de comprender, se ajusta bien a cambios de tamaño de la pizza. Pueden cortar en más cantidades simplemente continuando con el procedimiento de división y se mantiene la estructura intrínseca de cada porción: triangulito de queso con borde de masa. Así “es como se corta una pizza”. Pero no olvidemos que siempre hay otras formas.
El armado de equipos nos permite un acercamiento muy similar al que hacemos con una pizza. Imaginemos a la pizza como el torneo en sí, donde cada pedazo representa una serie de tareas que debemos realizar. Un torneo para nosotros, sea grande o pequeño, consiste en una serie de tareas: algunas repetitivas, y otras que suceden solo una vez al dia. Algunas se deben desarrollar en momentos específicos de cada ronda (al principio, al final), y otras se pueden desarrollar con menos rigurosidad temporal siempre y cuando la hagamos. Pero siempre debemos ocuparnos de comerla toda. No podemos dejar nada sin comer ya que cada pedazo representa una actividad que el torneo necesita para desarrollarse.
En un torneo normal en la tienda, donde estamos solos, básicamente estamos comiendo nuestra pizza individual. Es algo que podemos manejar solos, y cubrimos todas las tareas necesarias. Normalmente no necesitamos ayuda ya que es algo llevadero para una sola persona por lo que no debemos pensar mucho sobre cómo repartirla: solo ser ordenados y comerla poco a poco no dejando nada. Si son obsesivos como yo, la irán comiendo de alguna forma más o menos estructurada; otros lo harán más desorganizadamente, comiendo según surja la necesidad de comer en uno u otro lado para que la pizza-torneo se termine de completar. Lo que no comamos, nadie más lo hará.
Ya cuando los torneos empiezan a crecer nos damos cuenta que tenemos entre manos algo con lo que no podremos solos y llamamos más gente a la acción. Nos trajeron una pizza grande para comer y tenemos varios comensales. ¡Es hora de elegir cómo cortarla!
Marche una grande de muzzarella
En un torneo pequeño nuestras mayores tareas son la de distribuir las rondas y hacer deck checks. Las otras pocas tareas se organizan un poco y tenemos una buena estructura para salir andando. De aquí surgieron nuestros más clásicos equipos de Deck Checks y Papel. Volviendo a nuestra pizza, sería algo así como cortarla a la mitad y dejar que cada uno se encargue de esa parte. Cada porción representa ahora ya no todas las tareas, sino una reparto de todas las actividades que debemos hacer pero asignadas a una o un grupo de personas que se organizaran para comer ese pedazo. Incluso podríamos pensar en dejar una pequeña porción fuera de la repartija, pues corresponde a esas pocas tareas no asignadas y que el que pueda hacerlo, se hará cargo de ellas.
Si le sumamos un poco de complejidad a este torneo (por ejemplo que sea de formato limitado) esas “otras tareas” se empiezan a acumular por lo que es bueno saber que alguien se encargará de eso. Cuando terminamos de definir un poco cuáles son esas tareas, las asignamos y mágicamente creamos un equipo de logística. Tenemos 3 equipos: simplemente cortamos en 3 la pizza manteniendo el formato de corte. Todo esto suena bastante coherente: La pizza es más grande pues el torneo crece en número de jugadores y en complejidad. También tenemos más comensales (jueces/equipos) por lo que tenemos más manos para echar a la pizza. Tan solo debemos ir pensando cómo la vamos cortando.
Pruebe nuestra famosa pizza de metro
De esta manera podríamos empezar a hacer crecer más y más la pizza sumando comensales y siempre usando el truco de ir subdividiendo la pizza cortando desde el centro. El problema con seguir dividiendo de esta manera es que eventualmente, al ser la pizza taaaan grande, ¡las porciones quedan muy largas! Es necesario que de a 2 se organicen para comer la misma porción. No es tan grave. Simplemente coordinamos que ambos coman del mismo lugar y se arreglen un poco entre ellos a ver quién come qué y cuánto de esa porción. Hemos dado el primer gran paso hacia un torneo grande: duplicación de equipos. Es realmente cómodo pues sabes que uno puede cubrir al otro cuando haya que tomar descansos, la coordinación entre ambos debería ser fácil. ¡Es un éxito!
Pero… no. A veces ambos quieren comer del borde y el queso en la punta se enfría. Finalmente logran coordinarse para que uno vaya a comer a la punta. O tal vez ambos piensan que el otro irá a hacerlo y esa puntita de queso queda chorreando aceite un buen rato hasta que alguien lo note. Probablemente no sea nada grave, pero hubo un leve el impacto en el torneo por esta descoordinación. Empezamos a notar que esto no está funcionando tan aceitadamente. ¡La pizza es demasiado grande para seguir comiéndola así!
Este tipo de “huecos”, cuando hablamos de torneos grandes, pueden causar retrasos importantes que debemos evitar. Esto nos llevó a repensar las cosas y ver cómo repartir las cosas diferentes y empezamos a pensar ya no en equipos cortados desde el centro sino en cortes más extraños. Equipos asignados solamente al Feature Match, equipos de End of Round, equipos de Stage y quién sabe cuántos nombres más. Si bien muchos sabores clásicos como Deck Checks o Papers pueden mantenerse,cada vez más encontraremos torneos donde los equipos tienen nombres muy específicos y su set de tareas muy bien definido: Pairings y Slips, Decklists y Deck Checks , Breaks, Breakdown, Logistics, End of Round, Stage, Product, Sleep in Special, VIPs, etc, etc.
El tamaño del evento puede variar mucho. Puede requerir de 1 juez, de 4, de 10, de 30 o de 100; puede ser construido, limitado, mixto o quién sabe qué inventarán; puede ser muy largo o más bien tirando a corto. Pero en todo torneo es importante que nos preguntemos: ¿Cómo corto esta pizza?
Agarrando la cuchilla
Hay dos aspectos principales que debemos considerar: qué tipo de torneo tenemos por delante y con cuantos jueces contamos. Sobre el torneo, debemos considerar aspectos como cuantos jugadores tendremos, cuantas rondas estaremos jugando, de que formato es el evento. Esto nos ayudará a darnos cuenta cosas tales como si debemos hacer deck checks (¿es regular o competitivo?) y cuántos (el famoso “lema” de chequear al menos al 10% de los jugadores); que tan complejo será ordenar las listas (¿vendrán ordenadas? ¿se tomará mucho tiempo en ubicarlas todas? ¿habrá quienes las manden por correo?); cuantos pairings deberemos colocar; la cantidad de talones de resultado a repartir (¿los usaremos? ¿cuántos hay que repartir?); que cosas deberemos repartir al principio del evento y que tan crucial es que esto se haga de manera rápida y efectiva (no es lo mismo un pequeño regalo, que repartir el producto para un evento sellado).
Luego tenemos consideraciones que aparecen cuando los eventos son realmente grandes, como la utilidad de tener un equipo dedicado especialmente a encargarse del procedimiento de final de ronda, si esperamos problemas recurrentes donde el juez principal o el scorekeeper puedan necesitar ayuda (en cuyo caso a mi me gusta tener un equipo designado a quedarse cerca del escenario), o si necesitaremos equipos de soporte para otras áreas del evento como Sleep In Special o Feature match, etc. Entender bien como se va a desarrollar el torneo y con que problemas deberemos lidiar, nos ayuda a pensar cuales son las tareas que debemos incluir.
A estas tareas debemos luego catalogarlas entre aquellas que deben ocurrir en un momento específico y las que no, sobre todo porque en el caso de las que se dan en momentos particulares, puede que tengamos muchas tareas de este tipo a la vez (piensen por ejemplo en el principio de la ronda, donde debemos publicar las parejas, organizar los deck checks, repartir slips y estar atentos a ver si hay algún problema con la ronda en sí, además de dar soporte a esa gente que nos llama porque no tiene oponente).
Luego, veremos cuantos jueces somos y por ende, en cuantas divisiones podremos cortar la pizza. Si son 4 jueces bien puede que optemos por armar 2 equipos, o puede que no usemos equipos en sí, sino responsables de tareas y que cada uno tenga una tarea en especial que ocupar. Si en cambio somos 100 jueces, debemos empezar a pensar en el tamaño de los equipos, cuántas personas capacitadas para liderarlos tenemos, diferentes turnos (pues probablemente sea un día demasiado largo) y como podrían complementarse unos a otros.
La mesa está servida
Es en la conjunción de la determinación de tareas y la cantidad de jueces que podremos empezar a pensar equipos y cómo repartir las tareas entre estos. Bien puede que utilicemos divisiones comunes o más extrañas. Lo importante es que todas las tareas queden repartidas de manera tal que puedan llevarse adelante de la mejor manera, pensando qué hay que hacer y cuándo, no superponer demasiadas tareas en el mismo momento al mismo equipo y si es necesario, incluso pasar tareas que normalmente asociaríamos a un “nombre de equipo” a otro, si es que eso hará que nuestro torneo funcione mejor.
Lo importante es ser claros en que esperamos de cada equipo, detallando sus tareas y el momento en que esperamos que esas tareas se hagan.
¡Buen provecho!
Excelente pizza para entender la división de porciones, ingredientes y condimentos de cada tipo torneo. Ideal para cuando les toque ser HJ y poder elegir primero los gustos y los breaks para comerla calentita. Además las analogías son geniales para partirla y comerla mas rápido… ya me dio ganas de juecear…
Excelente artículo para entender la división de equipos, roles y tareas de cada tipo torneo. Ideal para cuando les toque ser HJ. Además las analogías son geniales para comprenderlo mas simple… ya me dio hambre…