¡Bien, somos jueces en un torneo! Pero, ¿sabemos qué hay que hacer para atender correctamente a los jugadores y, además de resolver sus dudas de juego, ayudarles en la medida de lo posible a corregir sus errores y educarles para evitar que los cometan de nuevo?
Como jueces en un torneo, tenemos que realizar varias tareas importantes que requieren una preparación y previsión pero la más habitual es : “atender a las llamadas de los jugadores” aka “rulings”.
La mayoría de las veces son simples cuestiones de reglas, así que acercarnos, preguntar cuál es la duda, responder y marcharnos es suficiente. Pero en los casos donde puede haber algo más, es importante nuestra manera de acudir y atender la llamada. Como no podemos saber qué situación nos encontraremos al llegar a la mesa, es importante siempre seguir unas pautas.
Para entrar en materia, un buen punto de partida es tener claro qué es un “Ruling”. Podemos decir que es toda interacción que comienza con una mano levantada, es decir, la llamada de un jugador a un juez, o la intervención del juez en una partida. Para poder ayudar al jugador y solucionar cualquier posible error, debemos entender qué ocurre, identificar la infracción (si la hay), solucionar el estado de juego, aplicar la penalización y finalmente, pero no menos importante, dar tiempo extra si es necesario para compensar el tiempo que hemos tenido parado el juego en esa mesa.
Pero…¿por qué damos un ruling? Pues porque esta es la función principal de un juez en un evento. Debemos velar por mantener el estado correcto del juego, así que parece lógico pensar que debemos ocuparnos de evitar y/o corregir los errores que se produzcan durante el juego. Además, los rulings también tienen otras funciones: dar consistencia en el propio torneo y entre torneos, así como educar a los jugadores y prevenir posibles errores en el futuro.
Y diréis: “sí, sí, chicos…todos estos conceptos están muy bien, pero ¿cómo debemos aproximarnos a la llamada?” Lo primero es no acudir corriendo a la mesa, ya que esto podría alterar al resto de los jugadores en el torneo. Además, si llegamos acelerados a los jugadores que atenderemos, podemos transmitirles cierta inquietud y la idea de que podemos tomar decisiones precipitadas. Somos nosotros quienes debemos aportar calma en las situaciones complicadas y llegar corriendo no parece una buena forma de proyectar tranquilidad. Pero, ojo, ¡tampoco podemos ir demasiado despacio, como con desgana! Debemos acercarnos con diligencia y actitud amable. Así que, como bien dice el refranero español:“allá donde fueres, haz lo que vieres”.
Sin embargo, en esto debemos tener en cuenta las diferencias y usos culturales en función de donde estemos arbitrando. Por ejemplo, en Japón, acercarnos corriendo es exactamente lo que se debe hacer, porque es una muestra de una correcta atención al jugador. Y, por el contrario, si en Estados Unidos nos ponemos a correr en un lugar público, es posible que la gente se asuste o incluso que comiencen a huir aterrorizados porque piensen que es un atentado.
Mientras nos vamos acercando a la mesa, debemos mirar el reloj. Esta información nos será muy útil si finalmente nos extendemos en el ruling y debemos dar tiempo extra. También es una señal de referencia para darnos cuenta de si nos estamos enrollando y tardando demasiado.
Es importante recordar que debemos acercarnos por el lado del jugador que nos ha llamado siempre que sea posible. Si no lo es, preguntaremos primero al jugador que nos llamó. Esto ayudará a que el jugador se sienta respaldado y asistido en su consulta y, además, es posible que la llamada esté causada por una duda de ese mismo jugador. Así que, acercándonos por su lado podremos resolverla más fácilmente sin interrumpir la concentración de su oponente.
Una vez en la mesa, sonreír a los jugadores ayudará a crear un ambiente de confianza, de que estamos para ayudarles y, en caso de que exista tensión entre ambos jugadores, ayudará a rebajar el nivel, ¡no es necesario atender una llamada con la mirada de Juez Dredd!
Colocarnos en una posición a la altura de los jugadores (arrodillarse, agacharse, sentarse…) es una buena idea para reforzar ese clima de confianza. Esto nos posicionará en una conversación de “igual a igual” mientras que, si atendemos la llamada de pie, estaremos dando una sensación de excesivo poder y autoridad que puede intimidar a algunos jugadores. Estar a su altura también nos ayudará a que estén más receptivos y a escuchar y entender mejor lo que nos dicen desde su mismo punto de vista.
También es importante aclarar a los jugadores que escucharemos a ambos pero de uno en uno. Si comienzan a interrumpirse es necesario que le pidamos que se expliquen por turnos, de lo contrario no podremos entenderles y perderemos información. Esto, además, evitará posibles conflictos entre ambos. Es necesario que hagamos todas las preguntas oportunas hasta estar seguros de haber entendido la situación con claridad. Sin embargo, no debemos extendernos en exceso, puesto que el tiempo que dediquemos a la llamada tendremos que añadirlo al final y esto puede causar demoras en el torneo.
Si el jugador nos pregunta algo cuya respuesta implica desvelar demasiada información que puede resultar ventajosa para él (consejos estratégicos), una buena idea es pedir al jugador que reformule la pregunta porque, de lo contrario, no podremos contestar o tendremos que dar una respuesta que no resolverá su duda. Una vez que hayamos reunido toda la información que consideremos relevante, debemos pararnos un segundo a pensar si está ocurriendo algo sospechoso que requiera una investigación más profunda y, si es así, sopesar si necesitamos indagar un poco más.
En caso de que sigamos teniendo dudas, no está de más solicitar ayuda a otro juez para poder entender y resolver la situación de la mejor forma posible. Cuando tengamos claro qué es lo que ha ocurrido y cómo se ha llegado a ese estado de juego, es el momento de dar nuestro ruling y, para ello, retomaremos nuestra postura (de pie), ahora sí, para indicar cierta autoridad y que lo que se va a decir a los jugadores tendrá validez en el juego (aunque pueden apelar, si no están de acuerdo con la decisión tomada). Cuando demos el ruling, debemos hacerlo de forma imparcial y teniendo siempre cuidado de no dar consejos estratégicos a ninguno de los jugadores.
Es importante que expliquemos a los jugadores las razones de nuestro ruling, basándonos en las reglas. De esta forma pueden comprender cuál es la raíz del error y por qué resulta en un incorrecto estado del juego. Así, los jugadores podrán aprender cómo prevenir ese error en futuras ocasiones. También hemos de explicarles cuál es la infracción cometida y la penalización que se deriva de ella. Aquí es importante preguntar al jugador si ha cometido más infracciones durante el torneo (para informar de posibles aumentos de penalización por incurrir varias veces en el mismo error) y recordarles que tienen que jugar con más cuidado. Todo esto sin perder de vista el reloj para no alargar la llamada innecesariamente.
Mientras damos el ruling, tenemos que ser estrictos con los procedimientos marcados (recordemos que una de nuestras funciones es la consistencia dentro del torneo y entre torneos). En torneos competitivos, esto quiere decir que no podemos desviarnos de la Guía de Procedimientos e Infracciones (IPG) ni, por tentador que nos parezca, realizar arreglos parciales que no estén recogidos en dicha IPG. En caso de tener que aplicar sanciones superiores a la Advertencia (warning) o en situaciones en las que estemos considerando una “vuelta atrás” (back up), debemos consultar siempre con el HJ del torneo.
Si, tras dar el ruling, alguno o ambos jugadores no están de acuerdo con la decisión tomada, les recordaremos que tienen posibilidad de apelar tal decisión al Juez Principal del evento. Este, tras considerar de nuevo la situación, dará un ruling final e irrevocable que puede reforzar nuestro ruling o, en caso de error, dar una resolución correcta y definitiva.
Una vez que hemos terminado de atender la llamada es el momento de mirar de nuevo el reloj, e indicar a los jugadores si se les asignará tiempo extra y cuánto. Esto se determina en función del tiempo que hayamos usado en resolver las dudas o arreglar la situación que motivó la llamada. En algunas ocasiones, si hemos sido lo suficientemente rápidos, no será necesario añadir ese tiempo (MTR 2.6). Si tenemos actas de resultados, tanto la extensión de tiempo como la infracción y penalización (si los hubiese) debemos reflejarlos en ella.
En este ejemplo, os mostramos cómo dejar reflejado un ruling en un talón de resultados de un torneo competitivo:
En la parte superior derecha, anotaremos la extensión de tiempo y haremos una marca para indicar al Scorekeeper que alguno o ambos jugadores en esa mesa han recibido alguna penalización. Esta deberá quedar registrada antes de reportar el evento.
Al lado de los nombres de los jugadores anotaremos, de forma abreviada, la sanción aplicada, para una referencia rápida. En el reverso del talón de resultados deberemos escribir (según las instrucciones del SK) la identificación del jugador y del juez, identificación de la sanción y penalización que conlleva y una breve descripción del error para posibles referencias futuras, pero teniendo cuidado de no revelar información estratégica de la que el oponente pueda obtener ventaja.
Y ya llegamos al final….esperamos no haberos abrumado con tantos consejos. Al principio, cuando uno se acerca a la mesa desde donde nos llama un jugador, parece que tenemos que tener demasiadas cosas en la cabeza: además de las CR, las MTR, la IPG… ¡ahora nos dicen cómo acercarnos, desde dónde y hasta que nos acordemos de sonreír! Pero ya veréis como todos estos consejos los acabaréis siguiendo instintivamente y de forma casi automática.
Ahora, os dejamos que vemos muchas manos levantadas en las mesas.
¡Y no os olvidéis de sonreír!
Agradecimientos