Las artes perdidas del combate

Bienvenidos a otra entrega de Blast From the Past. Hoy trataremos un par de habilidades que, para bien o para mal (mayormente bien), fueron olvidadas.

Con tantas películas bélicas, es conocida por todos la expresión “atacar por el flanco”. Cuando se habla de flanquear en un combate individual, el sentido de flanquear es amenazar las partes vulnerables o desprotegidas del adversario. Esto lógicamente se traduce en forzar movimientos, o incluso posiciones, que no son óptimas al adversario.
Esta habilidad representa esta desventaja del defensor con un -1/-1 hasta el final del turno.
Cuando una criatura con flanquear ataca y es bloqueada por una o más criaturas sin esta habilidad, cada una de ellas sufre un -1/-1.
Esta habilidad disparada no es redundante, por lo que una criatura que tenga varias veces la habilidad de flanquear, disparará tantas veces su efecto debilitador en sus bloqueadores como veces tenga flanquear, generando una ventaja aún mayor sobre estos.

Cabe destacar que no es posible regenerar, ni aplicar protección contra color o criaturas ante esta táctica, ya que no hay ningún daño que poder mitigar o regenerar.
En cuanto a defensa, una criatura con flanquear que bloquee a una atacante con flanquear no se verá afectada, ya que conoce también los trucos de exponer debilidades y cubrir las suyas.

Flanquear  aparece por primera vez en el ciclo de Espejismos. Fue retomada sin mucho éxito en el ciclo del Tiempo, y ha tenido 2 apariciones individuales: Old Fogey de Unhinged, que posee varias de las habilidades perdidas, y Sidar Kondo of Jamuraa de Commander 2016, del plano de Dominaria. Esta habilidad está fuertemente ligada a unidades de caballería, por ello la gran mayoría de criaturas con esta habilidad son Caballeros.


¿Qué son 4 fichas de Saprolin y 4 fichas de trasgos bloqueando a un Lancero de Suq’Ata?
Una brocheta de carne y verdura.

Hay un oficio que sigue el camino del honor en el combate: el camino del Samurai.
Ya sea un Samurai con tendencias belicosas, o un Yojimbo que se dedica a proteger a su señor, todo samurai es más poderoso mientras tiene su Katana desenvainada en combate.
Esta habilidad se representa con un bonus en fuerza y resistencia cuando una criatura bloquee o sea bloqueada (se crece ante un duelo de espadas).
Esta habilidad está definida como Bushido N, para representar los distintos grados de maestría: no es lo mismo un Samurai del montón como Devoted Retainer, que Konda, Lord of Eiganjo (EL SAMURAI).
Cuando una criatura con Bushido N bloquee o sea bloqueada, obtiene +N/+N hasta el final del turno.
Esta habilidad disparada no es redundante, por lo que un samurai que tenga varias instancias de Bushido se dispararán separadamente, pero, al final, todas suman. Esta situación a día de hoy sólo es posible con el entrenamiento de Sensei Golden-Tail, pero quien sabe si en “Return to Kaminawa”…

Bushido únicamente apareció durante el ciclo de Kaminawa, salvo por el Greater Morphling, otra criatura de borde de plata que tiene más habilidades de las que puede manejar (y único no-samurai que puede tener bushido).

El propósito de la espada es acabar con tus dudas.

Ese luchador de película que, en uno contra uno pelea normal, en dos contra uno mejora y cuando, al final, se enfrenta a todo presente en la zona, zurra a todo el mundo como el amo absoluto de las tortas… y cuantos más enfrenta, más fuerte se hace… Eso es Ímpetu.
Esta habilidad otorga a una criatura atacante un bonus en fuerza y resistencia en función de cuantas criaturas lo bloqueen más allá de la primera. Un uno a uno le sabe a poco.
Así pues, Chromium con Ímpetu 2 bloqueada por 2 criaturas recibirá +2/+2 y bloqueada por 3 recibirá +4/+4.
Esta habilidad disparada chequea el número de criaturas que bloquean al resolverse, y fija el bonus. Una vez fijado, no importa si se añaden o quitan bloqueadores, el bonus no cambiará.
Esta habilidad también tiene rangos, desde bárbaros con Ímpetu 1 hasta el Teeka’s Dragon con Ímpetu 4 y arrollar (y volar, que no ayuda en este caso, pero con un Lure y un Chaosphere la torta se vuelve épica).
Ímpetu no es redundante, por lo que si de algún modo una criatura tiene a la vez Ìmpetu N e Ìmpetu M, cada uno se disparará por separado (aunque el resultado final es el mismo que si tiene Ìmpetu “N+M”).
Si comparamos esta habilidad con Bushido, es bastante mediocre ya que, salvo que nos obliguen, no bloquear con más de una criatura anula la habilidad por completo.

Esta habilidad apareció en el mundo antiguo de Legends y Alianzas, y algunas cartas se colaron más adelante sin pena ni gloria (como Craw Giant, desplazada en el tiempo).

Una vez empiece a moverme, nada ni nadie podrá detenerme.

Monstruos tan enormes y pavorosos que su mera presencia al atacar mata de la impresión. Su presencia lo consume todo: tierras, encantamientos, artefactos. Nada se libra.
Para representar esto, cuando una criatura con Aniquilador ataca, el jugador defensor debe sacrificar permanentes antes incluso de poder plantear una defensa a estos titanes.
Esta habilidad disparada, definida como Aniquilador N, dispara en el momento que se declara el ataque, y, una vez resuelva (antes del paso de bloqueadores), el jugador defensor debe sacrificar N permanentes que controle.

Al sacrificar todos simultáneamente, es posible sacrificar un aura y el permanente al que estaba anexada.
Esta habilidad disparada no es redundante, por lo que Emrakul, the Aeons Torn encantado con Eldrazi Conscription disparará tanto su Aniquilador 6 como el Aniquilador 2 adquirido (aparte de ser un 25/25 vuela, arrolla, y protección contra prácticamente todo) forzando al defensor a sacrificar 8 permanentes.

Esta habilidad apareció cuando los eldrazi despertaron en Zendikar en Levantamiento de los Eldrazi. Para nuestra tranquilidad, la habilidad desapareció en las siguientes entregas donde los titanes eldrazi siguieron devastando y consumiendo el universo.

Todo recuerdo de tu existencia será borrado de la realidad. Morirás, y nadie lo lamentará.

Esto es todo por hoy, espero hayáis disfrutado, pero recordad que atacar ¡no lo es todo!

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Agradecimientos

Iván R. Molia
Autor

Marina Castaño Garrido
Revisora

Raquel Monleón
Revisora

Aziz Quintana
Editor