¡Bienvenidos una vez más a una nueva entrega de la Carta del Mes! En esta ocasión vamos a echar un vistazo a una carta muy curiosa de Guilds of Ravnica que seguro que ha levantado más de una ceja: Mnemonic Betrayal.
El Mnemonic Betrayal es una sencilla carta de Conjuro con un coste de {1}{U}{B} que dice así:
Exilia todas las cartas de los cementerios de todos los oponentes. Puedes lanzar esas cartas este turno, y puedes gastar maná como si fuera maná de cualquier tipo para lanzar esos hechizos. Al comienzo del próximo paso final*, si cualesquiera de esas cartas permanecen exiliadas, regrésalas a los cementerios de sus propietarios.
Exilia la Traición mnemónica.
*Ojo, porque hay un error de traducción en esta línea. Aunque vuestra versión española diga “de tu próximo paso final”, el texto correcto (y legal) es “al comienzo del próximo paso final”.
Por partes: Cuando lancemos la Traición Mnemónica, lo primero que haremos será exiliar todas las cartas de todos los cementerios de nuestros oponentes. Además, la carta nos da la oportunidad de lanzar esas cartas desde el exilio durante el mismo turno en que hemos lanzado la Traición Mnemónica. El punto importante de todo esto es precisamente que sólo tenemos el turno en que hemos lanzado la Traición Mnemónica para lanzar esas cartas (además de que, como ya sabemos, si la instrucción dice lanzar y no jugar entonces no podemos usar las tierras de esos cementerios que hayamos exiliado, aunque no hayamos jugado nuestra tierra del turno).
Al comienzo de nuestro próximo paso final devolveremos todas las cartas que no hemos lanzado al cementerio de sus propietarios. Pero, espera; ¿y a dónde van las cartas que hemos lanzado? ¿se quedan en el exilio para siempre? No, claro: una carta lanzada desde el exilio -a menos que la instrucción que nos ha permitido lanzarla diga lo contrario- se pone siempre en el cementerio de su propietario, de forma completamente normal, como si la hubiésemos jugado desde la mano. En resumen: en nuestro próximo paso final todas las cartas que habíamos exiliado -salvo contadas excepciones- terminarán de nuevo en el cementerio de sus propietarios.
Ok, entiendo, pero ¿qué pasa si lanzo un permanente?
¡Buena pregunta, mi querido lector! Pues que, en ese caso, el permanente “robado” a tu oponente se quedará en la mesa, aunque llegue el principio de tu próximo paso final. Como la carta ya no está exiliada (de hecho, está en el campo de batalla bajo tu control) no se le aplica la instrucción de la Traición Mnemónica que devuelve el resto de cartas al cementerio de sus propietarios.
Vale, ¿y si me las apaño para lanzar la Traición Mnemónica en el turno de mi oponente?
Esta jugada en realidad es sencilla porque en Guilds of Ravnica también tenemos una criatura azul llamada Omnispell Adept que precisamente nos permite lanzar con su habilidad cartas de instantáneo y conjuro de nuestra mano sin pagar su coste de maná, y, de hecho, se salta la restricción temporal que nos obliga a jugar conjuros en nuestro turno, en fase principal y con la pila vacía. Además de otras maravillas que podemos lograr con esta habilidad, esto nos permite jugar la Traición Mnemónica en el turno de nuestro oponente, consiguiendo un efecto un tanto curioso. Por un lado, podremos lanzar las cartas sólo durante ese turno, y además, como estamos en el turno de nuestro oponente, sólo las cartas de instantáneo o que tengan la habilidad de Destello.Para colmo, las cartas de nuestro oponente permanecerán exiliadas durante todo su turno desde el momento en que lancemos nuestra carta, lo que puede ser relevante para evitar que nuestro oponente use la habilidad de Recarga o devuelva cosas de su cementerio.
Además, si estáis jugando esta carta en Commander (o cualquier variante de Magic multijugador, para el caso), os interesará saber que si habéis jugado un permanente de alguno de vuestros oponentes (o aún tenéis cartas exiliadas de su cementerio) y ese jugador deja el juego (probablemente porque ha perdido) todas esas cartas dejarán de existir, así que ese permanente también desaparecerá. Sin más. Ni irá al exilio, ni al cementerio, ni a ningún otro sitio: a efectos del juego, ya no existirá.
Y por cierto, hablando de exiliar, como último apunte os recordaré que si una carta exiliada con la Traición Mnemónica vuelve a exiliarse tras lanzarla -porque la propia carta lo dice, por ejemplo- esa carta ya no se considerará exiliada por la Traición Mnemónica y a efectos de juego será un nuevo objeto. Eso significa que, por un lado, no podremos volver a lanzarla desde el exilio (después de todo, sólo podemos lanzar las cartas que la Traición Mnemónica haya exiliado) y, por supuesto, tampoco volverá al cementerio de nuestro oponente cuando el efecto que la ha exiliado termine: permanecerá indefinidamente en el exilio.
Y eso es todo. Parecía que no tenía mucho misterio, pero como veis a veces las cartas en apariencia sencilla tienen algunas interacciones la mar de curiosas.
Lo dejamos aquí hasta nuestra próxima entrega, que tal vez sea una carta del recién anunciado Ultimate Masters (o quizás alguna otra que sea digna de un buen análisis).
Hasta entonces, que vuestros recuerdos nunca os traicionen.
Agradecimientos