Como habéis podido deducir por el título de este artículo, hoy toca hablar de Mentoring.
A todos nos suena esta palabra, la oímos continuamente desde que entramos en el Programa. Aparece en las checklist para subir de nivel, la vemos mencionada múltiples veces en los exemplars que los jueces escriben a otros jueces, se habla de ella en seminarios, conferencias, etc…
Pero, ¿qué es exactamente el mentoring? Porque se habla mucho, pero realmente no está definido en ningún sitio.
Pues, por ejemplo, siempre que hay interacción entre dos jueces se va a producir algo de mentoring. Puede ser en un torneo, en unas conferencias, o incluso tomando unas cervezas. Ya que cualquier charla entre jueces es susceptible de convertirse en un buen momento de aprender y de compartir experiencias, ya que, en el fondo, de eso va el mentoring, de que alguien con mayor experiencia en algún tema, la comparta y ayude a mejorar en ese punto a alguien con menor experiencia.
Oportunidades de mentoring
Y ahora que más o menos sabemos lo que es, vamos a ver dónde lo encontramos dentro del Programa.
Si preguntamos a algún juez al azar, seguro que lo primero que le viene a la cabeza es la mentorización de candidatos a L1 o L2. De hecho, así los llamamos: “mentores de candidatos”. Lo veremos en detalle más adelante, por ahora vamos a seguir buscando.
Por ejemplo, ¿hay algún juez que no esté, al menos, en un grupo de WhatsApp de jueces? Si es así, debería buscar el más cercano, que son una de las mejores maneras de mantenerse en contacto con la comunidad, pero eso vendrá en otro artículo…¿dónde estaba yo? Ah, sí…, decía que esos grupos son un hervidero de preguntas, de dudas, de comentarios y anécdotas de torneos. Pues todo esto también es mentoring. Al igual que los post en los foros donde se habla de situaciones o de procedimientos de torneo.
Siempre es buen momento aprovechar una pregunta de alguien para que todo el mundo aprenda, y eso se consigue mejor si en vez de responder directamente a la pregunta, trabajamos para guiar la respuesta. Pero cuidado, si es alguien que está en medio de un torneo ¡no necesita mentoring, necesita una respuesta rápida!
Otro espacio muy claro son los torneos. Todos queremos hacerlo muy bien en un torneo, pero eso no se consigue a la primera, hay que hacer muchos, y si además tenemos suerte que haya alguien que nos enseñe…Un momento, ¿enseñar? Claro, eso también es mentoring.
Ser líder de equipo en un torneo, es ideal para mentorizar. Para ello es importante conocer bien a tu equipo, sus fortalezas y sus debilidades. Así puedes ayudarles con sus puntos a mejorar sin menocabar sus puntos fuertes.
Y como diría Super Ratón, aún hay más formas de hacerlo. Por ejemplo, cuando le damos feedback a alguien, porque ¿qué es lo que hacemos al dar feedback? hablar de puntos a mejorar; ¿y cómo se da un buen feedback? Pues con explicaciones y ejemplos de por qué esa tarea se podría haber hecho mejor . Esto es sospechosamente parecido al mentoring ¿no?
Mentoring a L1s
Vamos a ver ahora, en detalle, algunos consejos y trucos para ser un gran mentor de candidatos a L1.
Conoce a tu candidato.
Conocer a tu candidato es muy importante porque no todos somos iguales ni partimos del mismo punto. Puede ser que tenga una larga experiencia jugando y hasta se haya leído las CR completas, o que lleve muy poquito en este mundo. Puede ser que le encante estudiar o que quizá tenga poco tiempo. Cada uno necesita un enfoque de aprendizaje distinto y un ritmo diferente.
El arranque de algo siempre es complicado y, para hacerlo de la mejor manera, es importante conocer lo que sabe el candidato. Hay varias maneras de intentar averiguar su nivel, como un mini examen o simplemente una charla. O incluso puedes quedar para jugar una partida. Lleva algún mazo diferente, con interacciones raras (aunque no ganes con él) lo que dará pie a comentar esas jugadas y así te darás cuenta de lo que sabe.
Establece las pautas y los tiempos.
Mentorizar no es fácil, es un trabajo que requiere tiempo y dedicación y que puede consumir bastante de tu energía. De hecho, puede resultar muy agobiante si no le pones orden y control. Para esto, lo mejor es consensuar los tiempos con tus candidatos. Por ejemplo, puedes establecer contestar preguntas un día concreto a la semana, o todos los días a una hora… Para esto no hay una norma, es lo que os venga mejor a los dos, pero siempre de mutuo acuerdo y sin que ninguno se sienta presionado por el ritmo. Recuerda, es mejor ir despacio que ir muy rápido y quemarte.
Acuerda el tipo de comunicación.
Cada candidato es un mundo y cada mentor otro, así que la mejor forma de comunicarse también es variable. A algunos les vendrá bien el correo electrónico, a otros el WhatsApp. Quizá videoconferencias. Hay muchas maneras y todas son buenas si estáis de acuerdo en cómo usarlas.
No uses “jerga” de jueces.
Reconozcámoslo, nos encanta nuestro lenguaje. HJ, TL, CR, IPG, EOR, etc, etc…Pero a un extraño a nuestro mundo quizá eso le resulte un poco abrumador. Así que introduce estas palabrejas poco a poco, no empieces utilizando directamente toda esta jerga, enséñasela a poquitos.
Utiliza ejemplos concretos.
Con ejemplos se aprende mucho mejor. Intenta buscar ejemplos concretos de cada situación que discutas con tu candidato. Hay temas, como la interacción de efectos continuos, por ejemplo, en los que la teoría es un poco infernal, así que mucho mejor un ejemplo (como en este artículo de esta nuestra web de jueces).
Comprueba que está aprendiendo.
Hay veces que pensamos que los candidatos van muy bien, y resulta que luego nos llevamos un susto cuando hacen alguna práctica o examen. Para evitar esto es conveniente ir haciéndoles comprobaciones periódicas. Esto nos permite conocer su estado de aprendizaje y saber si está preparado o no y cuánto le falta para estarlo. También es útil porque si nos damos cuenta pronto de que no aprende, nos permite cambiar de método, buscar otro tipo de ejemplos, ponerle algún tipo de ejercicio, etc…
Quizá necesite más repeticiones, o insistir en algún tema concreto.
Es importante no dejar que llegue al examen sin estar preparado, ya que eso lo único que va a generar es frustración, sensación de pérdida de tiempo y, a la larga, el abandono.
Hazle pensar.
Lo hemos visto antes, pero me gustaría repetirlo porque es una de las mejores maneras de enseñar y de aprender. Es muy bueno intentar hacer que los candidatos lleguen por sí solos a las respuestas, el camino hace que se fijen los conceptos y además proporciona una agradable sensación de satisfacción cuando se encuentra la respuesta. Una vez que ha llegado a la respuesta correcta, se le puede dar una vuelta a la situación, buscar algún corner case sencillo que le haga pensar un poco más. También es bueno comentar situaciones reales de torneos. No tienen que ser muy complejas, lo importante es que sean prácticas y que sean acordes con el punto que se quiere reforzar. El hecho de que sean reales también proporciona confianza frente al primer torneo.
Pero cuidado, siempre teniendo en cuenta el nivel de nuestro candidato. Si proponemos situaciones que aun exceden a su conocimiento, no va a aprender, todo lo contrario, le puede provocar rechazo. Hay que estar muy seguro de lo que le queremos transmitir con ese ejemplo. No vaya a ser que sea algo que no tiene porqué conocer un L1.
Pues hasta aquí todos los consejos que se me ocurren. Como resumen, recordad que siempre que hay interacción entre jueces hay posibilidad de mentoring. No tiene que ser algo tremendamente serio que siempre haya que organizar formalmente, también se puede aprender a realizar mentoring en momentos informales.
Ah, y recordad también que cada uno somos diferentes y aprendemos de una manera. Y que mentorizar a alguien es una de las mejores experiencias del programa, ni os imagináis lo que se aprende de uno mismo cuando estás intentando enseñar a alguien. Es una manera excelente de afianzar el conocimiento.
Y por último, pero no por ello menos importante, la manera que tengamos de hacer mentoring y, sobre todo, la forma en la que tratemos a los nuevos miembros, es lo que va a definir el tipo de comunidad que vamos a obtener. Somos nosotros mismos los que, con nuestros actos, decidimos qué tipo de comunidad queremos.