A fecha de hoy, espero que estéis ya todos familiarizados con la regla de redirección a los planeswalkers. Es aquella regla que dice que si una fuente que controlas fuera a hacerle daño que no es de combate a un oponente, puedes elegir hacer ese daño a un planeswalker que controla en vez de a dicho oponente. Esto funciona así ya que cartas como un Choque tan solo puede hacer objetivo a una criatura o un jugador y, en la mayoría de casos, un planeswalker no es ni criatura ni jugador. Pero existe una carta bastante peculiar, jugable en Estandar, que puede proteger tus planeswalkers: la Égida de los dioses. Al tener antimaleficio, tu oponente no puede hacerte objetivo con un Choque, lo que significa que no podrán dañar a tu planeswalker con dicho Choque.
Pero existe un rayo que permite ignorar a la Égida: la Quema nefasta. La Quema hace objetivo a una criatura o un planeswalker, por lo que puede hacer objetivo directamente al planeswalker, sin tener que hacer objetivo al jugador primero. Ya que no se hace objetivo al jugador, la Égida no puede ayudar al planeswalker. En este caso, tendrías que darle a tu planeswalker algo como antimaleficio (tal vez a través de un Amuleto simic) para poder salvarlo de la Quema.
Por lo tanto, resumiendo: para proteger a tu planeswalker de una Quema nefasta, deberías usar un Amuleto simic para darle antimaleficio, o cualquier cosa parecida. Si quieres proteger a tu planeswalker de cualquier otro tipo de rayos que hagan objetivo, deberías usar una Égida de los dioses para que no puedan hacerte objetivo a ti y así redirigir el daño a tus planeswalkers.