“Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. ¡Prepárate a Morir!”. Con esta fantástica frase de La princesa prometida, el escritor William Goldman nos enseñó una lección que puede llegar a sernos muy útil a la hora de ofrecer nuestro oficio como juez en un torneo: una buena presentación tiene tanta fuerza como la mejor de las espadas.
Escribir una carta de presentación para arbitrar un torneo puede llegar a ser un arte, un suplicio, o la peor pesadilla para tu desarrollo como juez. Todo va a depender del empeño y la dedicación que dediques a la tarea, así como del cariño y el entusiasmo que demuestres. Y aunque no exista receta infalible para elaborar la poción correcta, sí que podemos facilitarte una serie de pautas para llevarla a cabo sin demasiados sobresaltos. En este caso, seguiremos la fórmula del brillante espadachín de Goldman.
“Hola, me llamo Íñigo Montoya”.
Preséntate con educación. Esto implica una buena caligrafía (informática), tintero y pluma. Cuida la ortografía, tratando de ser claro en tu exposición y limitando tu información a la que no aparece por defecto en la aplicación de JudgeApps.
Facilita el trabajo al organizador del evento, de modo que pueda adivinar el tipo de persona que eres, sin verse obligado a leer tus memorias (deja ese tedio para tus herederos). Trata de ser lo más breve, conciso y enérgico posible, y no seas tímido a la hora de demostrar entusiasmo, ya que es una cualidad muy valorada por cualquier buen judge manager que se precie.
Por último, asegúrate de que has contestado a todas las preguntas que se han hecho en la solicitud. Lee detenidamente la información del evento y asegúrate de que no has olvidado mencionar nada. Imagina que llegas con tu espada dispuesto a la batalla, y te ves en mitad de una gesta de caballería sin caballo.
“Hola, mi nombre es Diego Alatriste. Soy árbitro nivel 2 desde hace 3 años, aunque llevo arbitrando desde hace más de 6, y jugando a Magic desde Alborada. Creo que seré un árbitro valioso. Soy trabajador, conozco el formato y tengo experiencia en torneos similares. Hablo Inglés y Flamenco con fluidez – ¡pardiez!- por lo que puedo comunicarme con facilidad con la mayoría de los jugadores”
“Tú mataste a mi padre”.
Explica tus circunstancias: muescas en tu espada y el orgullo de tus maestros. El buen-arbitrar es una virtud que, al igual que el valor en los soldados, se presupone entre jueces Magic. Aún así, será muy práctico para el organizador conocer las batallas que has librado y quién ha guiado tus pasos. Elabora un breve listado de tus gestas, explicando tu experiencia en torneos, mentores y logros de los que sientas más orgullo.
Aunque un buen espadero no necesita carta de recomendación, no está de más facilitar el nombre de algún maestro o compañero de torneo. Así el organizador del evento sabrá a quién dirigirse si quiere conocer más detalle de tus batallas pasadas.
Evita alardear o exagerar tus hazañas, actitud más propia de tabernas que del Programa de Jueces, y busca la manera sencilla de exponer el modo en que tu veteranía (o simples ganas de darlo todo) pueden llegar a ayudar en el evento en cuestión.
No olvides que, al final, tus actos deberán avalar a tus palabras y, a menudo, un exceso de gallardía puede resultar desastroso en un torneo. Sé humilde y voluntarioso. El organizador lo agradecerá.
“Entre los principales eventos en los que he participado se encuentran los siguientes:
– 6 GP en Europa, uno de ellos en Flandes.
– 2 PTQ ( Madrid y Barcelona 2018)
– 2 Nacionales.
– Multitud de PPTQ y Opens en mi tienda habitual en Madrid.
En ellos he desempeñado no solo tareas como FJ, sino también como TL, en los que he aprendido a gestionar equipos y a comunicarme con mi HJ . Creo que la clave de un buen evento es trabajar unidos y mantener una comunicación fluida. He arbitrado eventos con jueces experimentados como Francisco Quevedo y Cyrano de Bergerac, de los que he aprendido procedimientos y buenas prácticas”
“Prepárate a morir”.
Plantea tus pretensiones. Realiza solicitudes coherentes acordes a tu perfil, o explica con esmero si tu intención es explorar nuevas tareas que nunca has realizado y los motivos por los que quieres desempeñarlas. Recuerda que un torneo no es solo para arbitrar, sino también para aprender. Márcate unas metas y cuéntaselas al organizador. No hay mejor espadachín que aquél que quiere seguir mejorando.
Por último, y no menos importante, hazle saber al coordinador si tienes alguna limitación o solicitud personal. Los torneos son eventos para trabajar, pero también para disfrutar y los organizadores te echarán una mano en todo lo que puedan, si previamente se lo has comentado.
“Mi objetivo en este torneo, aparte de seguir aprendiendo y creciendo como juez, es mejorar mis tiempos en la realización de DC. Aunque conozco el formato, creo que es una tarea en la que aún no soy todo lo rápido y eficaz que me gustaría, por lo que si pudiera formar parte de ese equipo, me vendría bien para mejorar.
En cuanto al alojamiento, voy con mi mujer Caridad La Lebrijana, por lo que me gustaría compartir habitación con ella, afrontando el gasto que esto conllevara”.
Nuestro espadachín, Íñigo Montoya, necesitó 20 años para cumplir su hazaña. Y aunque estamos convencidos que tú tardarás muchísimo menos, si la primera vez no lo consigues, no te desanimes y sigue intentándolo. Elegir un equipo arbitral es complicado, y debes aceptar las decisiones con ánimo y deportividad. Esto dirá muchas y muy buenas cosas sobre ti.
En conclusión, podemos afirmar que una buena presentación no es garantía absoluta para ser seleccionado en un torneo, pero siempre dejará una excelente impresión en el gestor de jueces para futuros eventos. La marca de tu sello sobre el lacre (virtual) de tu carta debe ser siempre garantía de elegancia, honestidad y entusiasmo. Empatiza con los organizadores y valora su tiempo y su labor. Y, sobre todo, no olvides otra buena frase de La Princesa Prometida que se ajusta perfectamente a nuestro mundo :
“Somos hombres de acción. Mentir no sería propio de nosotros.”
Agradecimientos: