CdM- Thief of Sanity

En los oscuros y resbaladizos pasillos de la subciudad, acecha la insondable red del Gremio Dimir. Todos en Ravnica conocen de su existencia, pero fingen no saber nada.

Su función: prestar servicios encubiertos que otros gremios se niegan siquiera a reconocer que existen. Sus armas: el secreto, la invisibilidad y la locura. En sus filas: asesinos, vampiros, magos y espectros.

Entre sus logros, haber convertido a uno de sus esbirros en la maldita carta del mes.

Vale, sí. Me pongo intensa. Pero me pierde este gremio. He de reconocer que soy una fanática de su forma de utilizar los métodos más oscuros de la magia para liderar las partidas. Me fascina. Y no se me ocurre mejor ejemplo de magia oscura que vencer a tu oponente utilizando sus propias cartas.

Pues en esto es todo un experto nuestro Ladrón de Cordura, y en esta edición de la Carta del Mes te daremos todas las claves para que puedas sacar el máximo provecho a esta alimaña de la noche.

Primero, y como buen espectro, vuela. No voy a entrar en cómo funciona esta habilidad porque es por todos conocida, así que mejor entremos en faena y analicemos las bondades que hacen que esta criatura esté presente en muchos campos de batalla.

Para evitar sorpresas y trucos sucios, vamos a diseccionar con bisturí las habilidades de esta carta.

“Siempre que el Ladrón de cordura haga daño de combate a un jugador…”

Esta habilidad se dispara una vez se produzca el daño de combate, pero se resuelve antes de que finalice la fase de combate. Es decir, una vez terminemos de resolver la habilidad, seguirá siendo una criatura atacante. Es importante saberlo, puesto que sigue siendo objetivo válido para hechizos como Reprimenda, Fulgor inmolador o Disparo Mortífero.

“…mira las tres primeras cartas de la biblioteca de ese jugador, exilia una de ellas boca abajo y luego pon el resto en su cementerio”.

Mira significa mira, no muestra. No tienes ninguna obligación de enseñar las cartas a tu oponente. Sé un buen esbirro del gremio Dimir, y no muestres tus trucos antes de tiempo. Guarda siempre un as bajo la manga (cortesía, esta vez, de tu propio oponente).

Una vez hayas mirado las tres cartas, decide cuál de ella irá al exilio y cuáles irán al cementerio. No olvides que esto sucede todo al mismo tiempo.

Ten además en cuenta ,que exiliar una carta boca abajo no es lo mismo que robarla (por muy ladrón de cordura que sea). Por lo tanto, si tu oponente controla un Leovold, Emissary of Trest, su efecto de “solo puedes robar una carta por turno” no te afectará de ningún modo. Igualmente, si controlas un Niv-Mizzet, Parun, tampoco se disparará su habilidad de “siempre que robes una carta”.

Fácil de comprender y fácil de controlar. Un atraco perfecto y sin fisuras. Vayamos entonces a la parte más divertida de esta carta: gastar el botín del robo.

“Mientras esa carta permanezca exiliada, puedes mirarla, lanzarla y gastar maná como si fuera maná de cualquier tipo para lanzar ese hechizo”.

Para entender esto, es bueno utilizar un axioma del código entre ladrones: aunque el ladrón desaparezca, el botín permanece. Esto se traduce en un regla sencilla: para poder lanzar una carta exiliada con este espectro, no es necesario que esta criatura siga estando en el campo de batalla, o que sigamos siendo su controlador. El simple hecho de haberlo controlado cuando la habilidad se resolvió, nos da derecho a poder lanzar la carta exiliada.

Supongamos, entonces, que hemos controlado un Ladrón de Cordura durante dos turnos, y hemos resuelto correctamente su habilidad, exiliando una carta cada turno. Más tarde, mi oponente (también adorador del gremio), juega una Hostage Taker, exiliando a mi espectro y lanzándolo para ponerlo en su bando. Ahora él será el controlador del Ladrón de Cordura, pero eso no impedirá que yo pueda seguir lanzando las dos cartas que exilié previamente con su habilidad.

Ten cuidado, por último, en no otorgar al ladrón más poder del que tiene en realidad. Ten en cuenta que sólo permite lanzar las cartas exiliadas con el timming correcto. Es decir, no te permitirá lanzar criaturas en el turno de tu oponente, ni jugar conjuros a velocidad de instantáneo. Es buen ladrón veterano, e intenta siempre conservar su código: devolver las cosas solo a su debido tiempo.

Y, por supuesto, pagar como se merece.

La habilidad nos permite lanzar las cartas como si tuviéramos maná de cualquier tipo, pero eso no impide que debamos seguir los pasos habituales, ni tampoco nos exime de costes adicionales.

Que podamos utilizar maná como si fuera de cualquier tipo (que no color), nos permitirá lanzar hechizos de eldrazi que requieren maná incoloro sin ningún tipo de problema.

Así, si queremos lanzar un Cathartic Reunion, tendremos que descartar dos cartas, o si hay en juego una Thalia, Guardian of Thraben, pagaremos un maná más para hechizos que no sean criatura. Incluso, si queremos lanzar algo por su coste alternativo de “evocar”, nada nos impedirá que lo hagamos.

En cambio, nunca podrías utilizar con esta carta la habilidad de “milagro”, puesto que este coste alternativo funciona desde la mano, y no olvides que tu carta robada se encuentra en el exilio.

Resta solo discernir qué hacemos con las cartas de nuestro oponente una vez estrujamos su magia. A día de hoy, no existe en Magic ninguna carta que te permita robarle una carta a tu oponente y ponerla en venta en MKM, por lo que, en este caso, seguiremos el curso normal: del exilio a la pila, y de allí a su cementerio.

¿Cómo le afecta un Remand? !Ay, amigo! El espectro te da la oportunidad de controlar los hechizos exiliados, pero en ningún momento te da la propiedad de los mismos. Si te lanzan un remand a un hechizo exiliado por el Ladrón de Cordura  y que ahora está en pila porque lo estás lanzando, volverá a la mano de su propietario, es decir, tu oponente. Cierra de un vez la web de MKM.

Por último, adorador del gremio Dimir y ladrón de cosas que brillan, no olvides que nuestra criatura te permite lanzar hechizos, y las tierras no se pueden lanzar, por lo que no podrás ponerlas en juego desde el exilio. Deja la fetchland en su baraja, por mucho que su color te tiente.

Y hasta aquí los consejos para ladrones. Roba con moderación y mantén repleta la saca. Confía en las magias oscuras, pero siempre con elegancia. Dimir será tan oscuro como tú se lo permitas. Puede que sea un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.


Marina Castaño Garrido
Autor

Marina Castaño Garrido
Autor

Mónica Gonzalez
Revisora

Mónica Gonzalez
Revisora

Raquel Monleón Fernández
Revisora “Last Call”

Raquel Monleón Fernández
Revisora “Last Call”

Aziz Quintana Ballines
Editor

Aziz Quintana Ballines
Editor











 

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