La conducta antideportiva es comportamiento disruptivo que puede afectar la seguridad, competitividad, diversión o integridad de un torneo de manera significativa.
Esta es una definición general de lo que constituye “Conducta Antideportiva”, y es bastante amplia. Algunos de ustedes podrían pensar que cubre muchas cosas que las que habrían de esperar – pero hay que tener en cuenta que todas estas cosas son vitales para poder proporcionar una buena experiencia de torneo. Como jueces necesitamos estar alerta a las cosas que puedan crear una experiencia negativa para los jugadores, y tratar con ellas de la forma apropiada.
La conducta antideportiva no es lo mismo que la falta de conducta deportiva. Hay mucho lugar para comportamiento “competitivo” que ciertamente no es “agradable” ni “deportivo” pero que aún así no califica como “antideportivo”.
Es importante hacer esta aclaración. Si un jugador no está siendo agradable contigo, eso no quiere decir necesariamente que esté siendo antideportivo. Por ejemplo, no se te pide que digas “Buen juego” después de ser aplastado, no tienes que dar la mano, tu oponente no tiene que decirte exactamente qué hace la carta, etcétera. Ninguna de estas acciones constituyen una Conducta Antideportiva. Los jugadores tienen permitido tener “cara de juego.”
El juez principal es la autoridad final sobre qué constituye conducta antideportiva.
Un juez de piso puede decidir asignar una penalización por Conducta Antideportiva, pero los jugadores pueden apelar a esta resolución. Tal como con muchas otras secciones de este documento, el Juez Principal es la autoridad final cuando se trata de determinar si algo es o no una Conducta Antideportiva. También es necesario obtener el consentimiento/la aprobación del Juez Principal antes de asignar una infracción con una penalización de Pérdida de Juego o mayor, y si es una Descalificación, el Juez Principal debería ser quien la asigna.
Los jueces deberían informar al jugador cómo su conducta es disruptiva. Se espera que el jugador corrija esa situación y comportamiento inmediatamente. Sin embargo, aunque asegurarse de que el jugador entiende la severidad de sus acciones es importante, los jueces deben focalizarse primero en calmar la situación y luego en asignar infracciones y penalizaciones.
Algunas veces los jugadores no se dan cuenta que su comportamiento es disruptivo para el evento. Están envueltos en sus preocupaciones, así que los jueces tienen que hacerles saber que lo que están haciendo está causando un problema. Después de haber sido avisado, el jugador debería inmediatamente corregir sus acciones. Sin embargo, para prevenir que las situaciones escalen, el enfoque principal de los jueces debería ser poner la situación bajo control. Básicamente, si tienes un jugador que está enfadado, asignarle una penalización en este momento probablemente hará que las cosas empeoren. Controla la situación, y luego preocúpate por las infracciones.