Aunque la RAE la define como variedad o diferencia, hoy en día entendemos la diversidad como el conglomerado de las distintas culturas, filosofías de vida y relaciones afectivas que conforman la sociedad. ¿Qué significa esto? Que en un torneo o en un día cualquiera en una tienda cualquiera podemos encontrar gente proveniente de diferentes etnias, orientaciones sexuales, de cualquier edad y género. También de cualquier religión, con discapacidades físicas o con otras múltiples diferencias.

Esta diversidad aporta riqueza a nuestra comunidad, nos enseña sobre otras maneras de vivir y de pensar, incluso otras maneras de jugar. La diversidad construye puentes y genera muchos efectos positivos.

Pero estas diferencias también se enfrentan a muchos prejuicios. Prejuicios negativos que se expresan en voz alta o con lenguaje corporal explícito. Prejuicios que no pasan desapercibidos y afectan desfavorablemente a la experiencia de juego.

Por poner un ejemplo, ¿Qué comentarios suele escuchar una mujer cuando se acerca a jugar? Pues cosas del tipo:

• Las chicas no sabéis jugar

• No vienes a jugar, vienes a buscar novio

• Eres un inútil, te ha ganado una chica.

• ¿Quieres acabar la partida en mi cama?

Y quizá, solo quizá, con este ambiente tan acogedor, no quiera volver a jugar.

O ¿qué ocurre con un niño que el primer día que acude a una presentación, súper ilusionado por jugar con los mayores, se abre una master piece y aparece alguien y le dice “mira, mira, es un dragón 7/7 vuela, con esto nadie te va a parar. Te lo cambio por esa carta dorada tan fea que te acaba de salir” Pues que ese niño, cuando se dé cuenta de lo que ha pasado, probablemente tampoco vuelva.

Otros ejemplos de comportamientos no deseados pueden ser vigilar a una persona de otra etnia descaradamente porque piensas que te va a robar el mazo, o insultar a alguien con una orientación sexual diferente. Pero no solo hablamos de comentarios o gestos, hay otras cosas que también pueden ser muy molestas, como jugar con tokens mostrando mujeres desnudas y provocativas, usar tapetes con imágenes sexuales explícitas o sacar dados en forma de esvástica. Este tipo de actitudes no crean un ambiente agradable ni acogedor.

Es verdad que todos queremos divertirnos y que a veces es un rollo tener que controlar lo que decimos o cómo lo decimos, pero si permitiéramos que todo el mundo actuara sin tener en cuenta cómo afectan sus actos a los demás, las oportunidades de arruinar la experiencia de juego de alguien crecerían exponencialmente.

Es responsabilidad de toda la comunidad asegurarnos de que los lugares donde se juega MTG son acogedores e inclusivos.

La inclusión es un sentimiento de pertenencia. Sentirse incluido no es solo estar a gusto en un entorno, es algo más, es sentirse respetado, valorado por ser como eres y quien eres, es sentirte apoyado por tu comunidad y obtener el compromiso de los demás para poder dar lo mejor de ti. En un entorno de este tipo todos damos lo mejor de nosotros mismos y, por tanto, toda la comunidad se ve beneficiada.

Es importante también darnos cuenta de que no sólo no debemos caer en estas actitudes nosotros mismos, sino que debemos estar alerta a los comportamientos de los demás y no permitirlos por omisión. Si los ofensores ven su conducta recriminada por sus iguales, es más fácil que se den cuenta de que no es un comportamiento admisible.

¿Qué dice el reglamento de Magic?

Siempre habrá personas que no estén de acuerdo con la diversidad, o que no quieran controlar su vocabulario, o que piensen que es divertido molestar a los demás. Que es culpa de ellos si se ofenden. Todos conocemos personas así, que crean mal ambiente y hacen que la experiencia de juego de los demás no sea todo lo buena que debiera ser.

Afortunadamente, para lidiar con este comportamiento tenemos las reglas de nuestra parte. Está literalmente recogido en el reglamento que se aplica en cualquier sitio donde se jueguen torneos sancionados de Magic, que el entorno debe de ser acogedor e inclusivo, independientemente de género, la identidad de género, la orientación sexual, la edad, la etnia, la religión el nivel de juego o cualquier otra cosa que no tenga nada que ver con el juego en sí.

Vamos a repasar cómo describe el reglamento estos comportamientos y las sanciones que pueden sufrir los jugadores que no respetan a los demás.

En torneos no competitivos tenemos lo siguiente:

Un jugador cuyo comportamiento puede incomodar o enojar a otros debería ser educado y pedirle que se detenga inmediatamente. Si no intentara corregir su comportamiento, aplicar una Pérdida de juego puede reforzar la seriedad del problema. Si esto no detiene el comportamiento, o si el jugador es molesto, amenazante o agresivo con otros jugadores, esas situaciones son problemas serios.

Es decir, un jugador que muestre este comportamiento puede ser sancionado con una pérdida de juego, pero si reincide en su comportamiento o este escala de nivel, puede ser requerido para que abandone el torneo y el local de juego.

En torneos competitivos:

En este tipo de torneos, el reglamento tipifica estas acciones como Conducta antideportiva (Unsporting conduct)

Se define como un comportamiento disruptivo que puede afectar la seguridad, competitividad, diversión o integridad de un torneo de manera significativa y puede ser clasificada (de menor a mayor intensidad) como menor, mayor o comportamiento agresivo.

La conducta antideportiva es considerada menor, si, por ejemplo un jugador usa lenguaje excesivamente profano y vulgar. La penalización es una advertencia.

La conducta antideportiva mayor se sanciona con un Match Loss y se define como: Un jugador realiza una acción contra uno o más individuos que razonablemente podría esperarse que cree un sentimiento de ser molestado, amenazado, intimidado o acosado. Esto puede incluir insultos basados en raza, color, religión, nacionalidad, edad, género, incapacidad u orientación sexual. Por ejemplo:

• Un jugador usa un insulto racial contra su oponente.

• Un jugador toma fotos inapropiadas de otro jugador sin su permiso expreso.

• Un jugador le pide una cita a un espectador, se la niegan, y continúa insistiendo.

• Un jugador obstruye el paso a propósito a otro jugador intentando inducir el contacto físico.

• Un espectador utiliza redes sociales para intimidar a otro jugador.

El último nivel se denomina conducta antideportiva- comportamiento agresivo y se define como: Un jugador actúa de manera amenazante hacia otros o su propiedad.

La penalización es en este caso de descalificación y además el ofensor debe abandonar el local (a petición del organizador) Es importante resaltar en este caso que la seguridad de todas las personas en el torneo es extremadamente importante. No se tolerará ningún abuso físico o intimidación.

Muchas gracias si habéis llegado hasta aquí. Y recordad, la diversidad, lejos de ser un obstáculo, es un enriquecimiento para toda la comunidad. Y si os encontráis con alguna circunstancia de este tipo, no dudéis en hablar con el juez más cercano, está ahí para ayudaros.

Agradecimientos