¿Recordáis el último torneo en el que hubiera, al menos, un juez? Seguro que sí, y que también os acordáis (espero que sí, que para eso lo hacemos) de esa charla que damos al principio en la que os contamos el número de jugadores, cuántas rondas se van a jugar, etc..etc..
En esa charla siempre os decimos que los jueces estamos ahí para ayudaros y que, por favor, nos llaméis. De verdad que esto no es algo que digamos por decir, o que digamos porque un torneo sin llamadas de jugadores es de lo más aburrido (aburridísimo, creedme), es porque es realmente importante para el torneo que contéis con nosotros. Es la única manera de mantener la integridad de todo el torneo y de asegurar que situaciones iguales se resuelven de la misma manera independientemente de que estéis jugando en España o en Hawai.
¿Por qué digo esto? Pues porque resulta que, en mis torneos, me he dado cuenta de que muchas de las veces que podríais llamar al juez no lo hacéis. Y si pasa tanto será por algo, así que en este artículo vamos a repasar cuándo es buena idea llamar a un juez (spoiler: la respuesta es que siempre es buena idea).
Antes de entrar en las situaciones concretas, vamos a ver cómo se llama a un juez. Que si os voy a insistir durante todo el artículo en que tenéis que llamarnos, tendréis que saber cómo hacerlo y qué decirnos.
Es muy fácil, levantáis la mano y gritáis muy fuerte ¡Jueez!! Y, por favor, os quedáis con la mano levantada hasta que llegue alguien. Que si bajáis la mano ya no sabemos dónde tenemos que ir.
Además, si no quieres que tu oponente sepa exactamente lo que estás preguntando, puedes pedirle al juez hablar separándote un poco de la mesa.
Aquí decir que un juez no tiene porqué ser siempre alguien vestido de negro o rojo. En el caso de torneos de tienda, es el tendero el juez por defecto para responder a las dudas y solucionar las situaciones.
Tampoco es necesario estar jugando para preguntar algo a un juez, siempre que nos veais podéis pararnos. Puede que justo en ese momento no podamos atenderos porque estamos haciendo otra tarea, pero os diremos que nos busquéis más tarde u os indicaremos otro juez que pueda ayudaros.
Recordad también que no os podemos dar información estratégica, es decir, cuando alguien nos pregunta intentamos ser lo más neutrales posibles para no beneficiar a ningún jugador sobre otro. Si la respuesta que obtenéis no es la que estáis buscando, intentad reformular vuestra pregunta.
Bueno, pues ahora si. ¿Cuándo hay que llamar a un juez? Pues hay varios momentos claros en los que seguro que necesitas a uno:
¡Jueez! ¿Qué dice esta carta?
A veces tienes dudas acerca del funcionamiento de una de tus cartas o de alguna de las cartas de tu oponente. Por ejemplo, tu oponente juega un hechizo que no has visto nunca y que tiene un texto de reglas de medio metro y no sabes exactamente cómo interacciona con tus criaturas. O tu oponente juega una carta en un idioma que no conoces. Pues en este caso un juez te puede enseñar el texto de la carta en el idioma que necesites y explicarte tus dudas.
¡Jueez! ¿Puedo ir al baño?
Hablando de levantarse, si necesitas ir al baño o algo similar también tienes que llamar al juez. O si no encuentras tu mesa y va a empezar la ronda, es conveniente que nos avises, así te ahorrarás una penalización por llegar tarde. Lo mismo si necesitas hacer algo urgente y vas a llegar tarde a la siguiente ronda, por ejemplo . ir a poner un nuevo ticket de aparcamiento a tu coche. Siempre, siempre avísanos y nunca te levantes de la mesa sin decírselo a un juez.
¡Jueez! No entiendo lo que me dice mi oponente.
Estas cosas también pasan: estás jugando un torneo y tu contrincante habla un idioma diferente al tuyo y no sois capaces de entenderos. Pues es fácil, llama a un juez y te ayudará.
¡Jueez! Se me ha caido la biblioteca al suelo.
Esto también pasa más de lo que pensais. Si se os cae una o más cartas al suelo, si un espectador pasa por delante y tira el cementerio… Llamadnos antes de hacer nada. Si por ejemplo se os rompe una silla o la mesa (sí, también pasa) llamadnos…Cualquier incidente de este tipo, llamadnos.
¡Jueez! He visto algo raro en esa mesa.
Las reglas contemplan que si un espectador ve algo raro en una partida puede pararla para avisar a un juez, por lo que no os debe de dar reparo hacerlo. No les digáis nada a los jugadores, solo que paren de jugar mientras llega un juez. Cuando llegue el juez, contadle lo que habéis visto lo más claro posible sin que los jugadores os escuchen y ya se encargará de gestionar la situación.
Dos cosas importantes aquí, nunca les digáis nada a los jugadores excepto que paren la partida hasta que llegue un árbitro. La situación solo hay que contársela al juez porque, de lo contrario, os exponéis a una penalización por ayuda externa. Y en el caso de que el nivel de reglas del torneo sea profesional (día 2 de GP, un PT, la copa del mundo…) no podéis parar la partida pero sí podéis buscarnos, lo más rápido posible.
Sé que este caso ya no es tan fácil, que muchas veces pensáis que a lo mejor molestais al juez o que no merece la pena llamar o que los demás van a pensar que sois unos plastas o unos chivatos. Pero eso no es así, los jueces estamos preparados para lidiar con este tipo de situaciones, nos entrenamos para ello y siempre es mucho mejor para el torneo que sea un árbitro el que decida si una situación requiere intervención o no. Imaginad que no decís nada y que luego ese error se vuelve relevante para la partida. Algo así desvirtuaría muchísimo el juego y el torneo entero, así que, llamad al juez.
Por cierto, no es obligatorio recordar al oponente sus habilidades disparadas. En este caso podéis decírselo al juez por si es algo importante, pero no pareis la partida ni digáis nada a nadie más.
Bueno, hasta aquí era más o menos fácil llamar al juez, vamos a ver casos un poco más conflictivos.
¡Jueez! Me he equivocado al hacer esto.
Siempre llamad a un juez si detectáis que os habéis equivocado al hacer algo, o si teneis cartas que no deberíais tener en la mano (mal desbanquilleo, una carta del oponente anterior..)
Llamar al juez vosotros mismos es muy importante, aunque sea un error tonto que penséis que se puede corregir fácilmente. Es trabajo del juez corregir las situaciones de la manera que menos afecte a la partida. Vale, sé que a lo mejor os da algo de miedo y es muy tentador evitar llamar al juez por miedo a posibles penalizaciones, pero recordad que los jueces somos profesionales que estamos ahí para ayudaros. Además también somos jugadores, así que vamos a ser capaces de entenderos perfectamente y de encauzar la situación de la partida de la mejor manera posible. Si habéis cometido un error honesto y no teníais intención de hacer trampas, es mucho mejor llamar a un juez que exponeros a que os “pillen”.
¡Jueez! No me convence lo que me ha dicho este otro juez.
Pues sí, los jueces también nos equivocamos, afortunadamente no somos robots. Así que si creéis que el juez que os ha atendido no ha dado una buena solución, siempre podéis apelar al juez principal. Para hacer esto solo tenéis que decírselo a quien os haya atendido y, por supuesto, siempre de buenas maneras y con educación. Aunque lo normal es que el juez que haya acudido a la llamada, si ve que no estáis conformes, os ofrezca directamente esta posibilidad.
No pasa nada por apelar, todo lo contrario, de esas situaciones aprendemos todos. Pero hacedlo solo si realmente creéis que ha habido una equivocación.
Y ahora por último, vamos a ver dos situaciones que pueden ser un poco más delicadas.
¡Jueez! Mi oponente se ha equivocado al hacer esto.
Aunque no os lo creáis, resulta que os cuesta más llamar al juez por cosas que hacen vuestros oponentes que por las cosas que hacéis vosotros. Esto puede ser por múltiples razones, por ejemplo porque penséis que es un error muy tonto que podeis arreglar entre vosotros. Bueno, pues llamadnos, que ya lo arreglaremos nosotros de la mejor manera posible y además lo solucionaremos siempre de la misma manera en todos los torneos.
También puede ser que tengáis miedo de que llamar a un juez os haga quedar mal frente a vuestros oponentes o los espectadores, que no queráis quedar como unos “chivatos” o “culos duros”. Pues bien, esto es muy importante y debeis recordarlo, esto es de lo que se aprovechan los tramposos. Saben que de cada 10 veces que hagan algo, es probable que solo se llame 1 al juez y las otras 9 se van a ir de rositas. Y encima, como solo es una única vez, todos vamos a pensar que es un error puntual y no se va a analizar su comportamiento. La mayor parte del tiempo serán errores sin malicia que se solucionarán de una manera profesional por nuestra parte, pero es importante que nos llaméis siempre para evitar dar alas a los tramposos. Esos tramposos que ensucian nuestra afición y nuestro juego. Sin vuestra ayuda es mucho más difícil pillarles.
Ojo, no confundáis este consejo de llamar a un juez con caer en un comportamiento de “culo duro”. Siempre hay un equilibrio que se puede conseguir en el juego.
Por supuesto, si pensais que alguien está haciendo trampas no dudéis en contárselo al juez más cercano.
¡Jueez! Mi oponente me está insultando
Seguro que esto no hace falta que os lo digamos, pero siempre teneis que llamarnos cuando alguien en el torneo os haga sentir incómodos. Puede ser un jugador, un espectador o incluso alguien del personal del torneo o un juez. Si alguien os ofende, os insulta, utiliza lenguaje soez o inapropiado, incluso si utiliza elementos de juego ofensivos (tapetes con dibujos sexistas, tokens racistas,etc, etc…) llamadnos. Nosotros sabremos qué hacer en esa situación. Ni que decir tiene que si la situación se vuelve agresiva o existen comportamientos violentos tenéis que avisarnos enseguida, tanto si sois vosotros el objetivo de ese comportamiento, como si lo es otra persona o el mobiliario de la sala.
Nunca insistiré lo suficiente en esto, el entorno de un torneo siempre debe ser amigable, y es deber de todos los que componemos la comunidad de MTG lograr que el ambiente sea amable e inclusivo. Venimos a divertirnos, a disfrutar de nuestro hobbie y nadie tiene derecho a hacernos pasar un mal rato (excepto ganándonos la partida de manera legal, claro).
Espero que con todo esto os haya quedado claro que nos encanta que nos llaméis en los torneos. Hacedlo por nosotros, que sino nos aburrimos 😉
Los jueces estamos ahí para garantizar la integridad del torneo, no estamos para penalizar a nadie o para haceros pasar un mal rato. Estamos para ayudaros. Como suelo decir en mis charlas iniciales, vuestros oponentes han venido a ganar el torneo al igual que vosotros, así que ¿De quién os vais a fiar más, del juez que ha venido a ayudaros o del oponente que ha venido a ganaros?
Y con esto ya no se me ocurren más consejos que daros, aparte de que os llevéis una rebequita en la mochila, que luego cuando salgáis del torneo lo mismo refresca.
Agradecimientos